Señor, perdone por la mala ocasión, por troncharle los sueños
brevemente en el amor. No quiero lastimarlo, nunca fue mi intención,
pero si no me expreso va a empeorar la situación. Y esto no es anatomía,
no hay que darle tiempo al tiempo; estoy muy convencida, usted sería el mejor
partido, pero nadie elije a quien querer. Por eso es que, yo quisiera amarlo
como usted se lo merece y no puedo, aunque quiero, no me sale del pecho,
lo intento y me freno, y la cobardía por no herirlo me mantuvo en silencio.
¿Cómo inventarme sentimientos que en el alma no han nacido,
y qué le digo al corazón?
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