5.02.2012

Pasional como sutil me arrebataste el cielo y lo adornaste, y con el tiempo me enseñaste qué es el amor, y que en la cama no hay restricción. 


Hoy sé que no debe existir placer como admirarte reir, nunca va a haber otro hombre que me ame así. Me someto así a tu entrega, me rescata, me enloquece y me sosiega. Ya no somos dos ahora: se fundieron nuestros fuegos en tu alcoba. Convocaste a mi talento, y de tu rostro desprendían risas que se hicieron mi manjar. El amor fue tan bien hecho que infinitas son las gracias que nos concederá. Desnudé al ángel que erotiza con caricias de la más bella suavidad. Debería reconocer que yo he sido, aquella mañana en ese patio, una muchacha afortunada por robarte una sonrisa, por hacerte parte mia. Muero en tu cuerpo, revivo en él, siento fervientes mis ganas de ser, te invito a transpirar la magia que inventamos, siento en mis manos la felicidad. No hay caricias de iguales pericias, ya no quiere otras manos mi piel. Yo tendré un hueco en el codo para enterrar tus angustias, y un cuello en que tu astucia puede conseguirlo todo, mis pestañas para usarlas de transporte a nuestro cielo donde no podrán hallarnos ni los miedos ni el flagelo. Y cuando sienta morir, y se congelen mis manos porque me secuestre el frío, sabré lo que hacer para renovarme.. hallaré tus mejillas para acariciarte. Si estamos JUNTOS ¿qué importa el mundo?

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