8.14.2011

 Es curioso cómo siempre consigue arrancarme una sonrisa. No puedo evitarlo, se me dibuja en la cara sola. Y mejor todavía, me ilumina el corazón. Hay sonrisas falsas, que sólo manipulan el rostro. Pero no consiguen engañar a nadie, la sonrisa de verdad no se ve en los labios. Se ve en los ojos, que brillan de repente. Es extraño; por muy mal que vayan las cosas, por mucho empeño que ponga yo en estar enfadada o triste, siempre aparece esa sonrisa. Siempre aparece esa persona que consigue arrancármela. Que consigue robármela. La cuestión es que me gusta sentir esa luz en mis ojos. Me gusta sentir el corazón brincando en el pecho. Me gusta sentir el aleteo de mi alma. Cómo me gusta mi sonrisa. Y la tuya.

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